jueves, 10 de mayo de 2012

Pequeñitas pero matonas III

¡Hola a todos!
Hoy os traigo un súper desafío: convertir una mini casa de 22 metros cuadrados en un hogar acogedor y agradable. Puede parecer imposible pero Erin y James lo han conseguido con la suya.

La mini casa en cuestión se encuentra en el barrio neoyorquino de Brooklyn. Mirad qué forma más inteligente de organizar el (poco) espacio.
Como podréis suponer, no tenemos ningún tipo de hall sino que entramos directamente al salón. Los dueños han aprovechado el pequeño pasillo para colocar una coqueta mesa comedor (cuánto hecho de menos una en casa!) y la primera impresión nada más abrir la puerta es muy agradable. Techos altos, tonos claros... promete.
Ya en el salón, podemos apreciar una excelente combinación de tonos en blanco y gris. Es muy importante que, en espacios tan reducidos, el color esté sólo en los detalles, como en pequeñas pinceladas. Si abusamos de los tonos fuertes, corremos el riesgo de agobiar el espacio y de que la casa se nos "venga encima" literalmente. Buen punto el del espejo para ampliar el espacio y el de la cortina para ocultar un espacio de almacenaje. Así nos queda un salón más limpio y recogido.


Al subir las escaleras que nos llevan al dormitorio, tenemos esta perspectiva del salón. Ya veis que no es grande en absoluto pero sí muy agradable. ¿Qué os parece lo de la tabla de surf? Le da un toque muy original...


En el dormitorio, seguimos con la tendencia de tonos claros salvo una pequeña concesión en la colcha. La cómoda me parece preciosa.


Y, por último, una pequeña cocina situada justo en un rincón en la entrada. No es especialmente original pero no le falta nada y, sobre todo, es muy recogida y organizada. Fundamental en un lugar tan pequeño.

¡Espero que os haya gustado!
Un abrazo

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