Hace mucho que quería hablaros de un tema que me parece sumamente interesante porque, a mi parecer, se perfila como una de las pocas soluciones habitacionales sostenibles, reales y asequibles a medio plazo: las viviendas modulares y ecológicas.
Yo ya he empezado a asumir que, si quieres una vivienda propia (y digna), puede que la vuelta al campo o a los pueblos no sea ninguna tontería. Y es que está claro que hay algo que no funciona: vender tu alma y tu libertad a un banco durante 60 años de hipoteca a cambio de 50 m2 en una urbanización a las afueras de una gran ciudad no me parece en absoluto atractivo (de hecho, en mi caso, no es una opción, no podría vivir con ello). Escasez de espacio, precios desorbitados, viviendas convencionales y muy poco sostenibles... ¿cuánto más podremos aguantar con este modelo?
Afortunadamente, hay algunos equipos trabajando e investigando para ofrecernos alternativas bastante más asequibles y sostenibles. Como es el caso de la vivienda modular que os quiero presentar hoy: la Casa Patio 2.12, un proyecto conjunto de las Universidades de Sevilla, Granada, Málaga y Jaén, merecedor del segundo puesto en el Concurso Solar Decathlon 2012 (sobre viviendas autosuficientes impulsadas con energía solar).
Esta vivienda modular autosostenible se basa en el concepto de "kit de espacios" y recrea un espacio doméstico a partir de una serie de módulos al gusto de cada cliente en torno a un espacio intermedio: el patio.
El patio: el alma de la casa
Esta parte de la vivienda sirve como espacio flexible y desde él se controlan la luz, la humedad, temperatura, sonidos, etc. La estancia está formada por un revestimiento de vidrio y una piel exterior que simula
hojas de parra y que
se pueden girar para permitir dar mayor o menor sombra al patio (es decir, para controlar las ventajas térmicas).
Estas características hacen que el patio funcione como un invernadero en invierno, permitiendo la entrada de más luz solar para calentar todas las estancias y, en los meses de verano, las hojas de parra dan sombra a la cubierta del patio y los paneles de
vidrio se abren permitiendo el flujo de aire a través de sus paredes y, por tanto, la corriente.
Los módulos
Cada uno de los módulos prefabricados
que forman esta casa están construidos con una estructura de madera,
pero el cerramiento es una fachada con capa exterior de paneles cerámicos, con canales que permiten un riego por goteo. La idea es que el exterior de la caja funcione como un botijo: cuando el agua de las fachadas se evapora, provoca que la cerámica se
enfríe y por tanto hace que la temperatura de la cámara de aire
disminuya, reduciendo la carga térmica de la casa (muy útil en verano). Por el contrario, en invierno, cuando la fachada está seca, ayudará a conservar el calor
interior.
Como veis, además de inteligente, la propuesta es preciosa.
Reciclaje de aguas
El agua procedente del
lavavajillas, lavadora así como del baño se depura y se reutiliza para el riego por goteo de la fachada. Además, cuenta con sistema de recogida de agua de lluvia.
Habréis visto en las imágenes que las placas solares están situadas en los techos de los módulos y éstas tienen una doble función: formar la cubierta de cada módulo y producir electricidad. Están
colocadas sobre unos soportes, dejando debajo una cámara de aire
ventilada con el fin de aumentar su eficacia. Si se quiere, este aire puede ser conducido al interior de la casa para colaborar en
su climatización (a través de unas chimeneas).
Y, por si fuera poco, el sistema prefabricado de Patio
2.12 permite un montaje muy rápido. Una vez fabricados en taller, los módulos se transportan por carretera y no necesitan cimentación, ya que se colocan sobre unos apoyos.
En cuanto al precio, depende del número de módulos que queramos incluir pero, si ya disponemos del terreno, ¡el coste es sensiblemente más bajo que el de un piso de dimensiones normales!
¡Bravo por estas iniciativas, que me hacen pensar que otra forma de habitar es posible!
Un abrazo,
Clara
Un abrazo,
Clara
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