Aquí me tenéis de nuevo. He sacado un hueco entre cajas y desorden para compartir con vosotros este estupendo proyecto DIY de mi amiga Irene, que estaba cansada del aspecto de su mesita de centro y ha decidido personalizarla.
Éste es el ANTES:
Mesa sencilla aunque bonita.
Os enseño lo que hizo Irene para darle un toque de color muy especial.
En primer lugar, desmontó las patas y protegió con papel las partes de la mesa que no quería pintar para evitar manchas indeseadas:
A continuación, le dio color (en su caso, rojo) a patas y a la superficie de la mesa, así:
Colocó la parte superior de la mesa sobre una banqueta para que fuera más fácil manejarla y dejarla secar sin que estuviera en contacto con el suelo.
Un rojo precioso, ¿verdad?
Una vez bien seco todo, tocaba volver a montar las patas.
Como veis, así queda perfecta peeero Irene quiso personalizarla un poco más, darle un toque diferente. Y en mi opinión, acertó de pleno.
Para la versión 2.0 de nuestra mesa personalizada necesitamos un mapa mundi de aspecto envejecido y cola.
Encolamos la superficie, colocamos nuestro mapa mundi y rematamos con dos capas de cola.
¿El resultado? Aquí lo tenéis:
¿Qué os parece? ¡Gana una barbaridad y no se parece a ninguna otra! Así es como nos gusta en este blog.
¡Gracias Irene por compartir tu proyecto con nosotros!
Un abrazo,
Clara
Qué bonita!!! :):)
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